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Coronavirus: medidas y perspectivas económicas

El COVID-19 sigue avanzando a nivel mundial, ocasionando estragos en la salud y la economía. En estos momentos, es necesario nuestra vulnerabilidad y la necesidad de acatar lo que dictaminen las autoridades. Ya que, debido a la globalización, el Coronavirus puede llegar a todo el mundo en cuestión de semanas. Por ello, tenemos una responsabilidad tremenda hacia los demás y hacia nosotros mismos.

El Coronavirus es un desafío enorme para la humanidad. Ha colocado a absolutamente todas las naciones en situaciones semejantes. Obligándolas a cuidar a quienes han padecido la enfermedad. Y a tomar medidas para impedir el potencial colapso de sus sistemas de salud.

En un mundo globalizado, una pandemia como esta, tiene el potencial de afectar a millones en cuestión de días. Tan solo pensemos por un momento en la cantidad de personas que se movilizan de China a otros países del mundo. Hace 2 años, 149,7 millones de viajes fueron realizados por parte de ciudadanos chinos fuera de sus fronteras. Esto significa que por mes son millones y millones los habitantes de China que visitan otras naciones. Eso sin contar los millones de turistas y empresarios que trasladarse al gigante asiático cada año y que también han sido susceptibles a contagiarse del virus.

Esto significa que, por al menos dos meses, millones de personas ingresaron y han salido de China volviéndose focos de contagio potencial.

Recordemos que, a pesar de que la pelea en contra del Coronavirus por parte de China empezó a mediados de enero de este año, se ha identificado al virus desde noviembre del año pasado.

Allanar la curva

Este intercambio de viajeros internacionales, no es algo malo per se. Es simplemente una consecuencia de vivir de en un mundo más prospero y globalizado. No obstante, cuando los principales gobiernos del mundo pelean, sí es un elemento a tener en cuenta por “allanar la curva”.

Allanar la curva no es otra cosa que el reconocimiento de que los sistemas de salud del mundo tienen un límite.

A pesar de todo el desarrollo que tuvieron los hospitales y el sistema médico en general durante las últimas decenios, nuestros sistemas de salud enfrentan una batalla de proporciones épicas sin los insumos, la infraestructura o el personal adecuados.

La cantidad de pacientes que piden cuidados especiales va a ser demasiado grande, inclusive para las naciones más desarrollados, si la velocidad de contagio del virus es demasiado rápida. Inclusive cuando la mayoría de los pacientes no piden de estos cuidados para superar la enfermedad.

Después de que su cuarentena en el norte ha resultado ineficaz, Italia recientemente ha cerrado toda la nación. No obstante, los ciudadanos todavía pueden trasladarse al trabajo, ir a adquirir comida, e inclusive comer en restaurantes.

En Italia las cifras de contagios y muertes superan ampliamente a las de la mayoría del mundo.

La importancia del distanciamiento social

De ahí la urgencia de aplicar medidas de distanciamiento social. Las cuales pueden hacer que la velocidad de contagio, incluso en un mundo globalizado como el nuestro, caiga lo suficiente como para ser manejables por los servicios de salud.

¿Y los mercados?

Otras medidas que se han elegido por hacer son ajustes en la política fiscal, o específicamente en el gasto público. Por ejemplo, en Estados Unidos se habla de paquetes financieros para eliminar el gravamen sobre la nómina. También se habla de la importancia de cuidar a los trabajadores por hora de los sueldos perdidos.

Porque obviamente, todo esto no deja de tener un fuerte impacto en la economía. Como se puede observar en China desde enero, el distanciamiento social incluye la práctica suspensión de todas las actividades comerciales.

Esto interrumpe fuertemente las cadenas de suministros a nivel local y mundial. También la demanda energética de naciones enteras. Y, por supuesto, envía señales negativas a los mercados.

No sorprende que la semana pasada se vivieran fuertes caída en las principales bolsas de valores a nivel mundial. Que terminado con la confianza de los inversionistas en los mercados en cuestión de horas.

Por consiguiente, algunos opinan que parece ser un buen momento para la compra de criptomonedas. Como parte de un plan de inversiones que aproveche que el valor del Bitcoin y otros criptoactivos baja. Para luego generar ganancias cuando venga la recuperación de los mismos. Otros opinan que es mejor no hacer nada y evitar actuar desde el pánico.